Graduarse de la universidad es, sin duda, un logro que refleja dedicación, disciplina y un espíritu inquebrantable. Para Juan Pablo García Cabal, nuevo Ingeniero Mecánico de la Universidad Tecnológica de Pereira, quien además participó en la doble titulación con la Universidad Autónoma del Carmen en México, este momento significa mucho más que un título: es la culminación de perseverancia, años de retos superados, donde el más grande fue afrontar el fallecimiento de su padre, hace apenas unos meses.
Graduarse de la universidad es, sin duda, un logro que refleja dedicación, disciplina y un espíritu inquebrantable. Para Juan Pablo García Cabal, nuevo Ingeniero Mecánico de la Universidad Tecnológica de Pereira, quien además participó en la doble titulación con la Universidad Autónoma del Carmen en México, este momento significa mucho más que un título: es la culminación de perseverancia, años de retos superados, donde el más grande fue afrontar el fallecimiento de su padre, hace apenas unos meses.
«El que no sacrifica, no gana», afirma Juan Pablo, con la firmeza de alguien que sabe lo que significa recorrer un camino lleno de desafíos. Oriundo de Armenia, desde el inicio tuvo que asumir grandes retos. Cada día viajaba desde su ciudad natal a Pereira en su moto para asistir a clases, un esfuerzo que no estuvo exento de obstáculos “muchas veces pensé en desistir”, confiesa, “me choqué en la moto unas cuatro o cinco veces y hubo momentos en los que sentí que no podía más. Pero siempre tuve en mente una frase que me repetía: el que no sacrifica, no gana”.
Fue en uno de esos momentos difíciles, después de un accidente camino a su primer parcial de matemáticas, que Juan Pablo tuvo una conversación consigo mismo, “ese día viajé una hora antes para no llegar tarde, pero me accidenté contra un carro. Al regresar a casa, me senté en mi cama y lloré. Pensé en rendirme, pero me dije: ‘no, yo puedo, yo soy capaz’. Ese día hice una promesa: ser el mejor y llegar lejos. Hoy, puedo decir que esa promesa la cumplí”.
La historia de Juan Pablo no solo es un ejemplo de perseverancia, sino también de amor por su familia. Desde México, donde actualmente labora gracias a la formación recibida en la UTP y en la Universidad Autónoma del Carmen, recuerda con nostalgia y orgullo a su padre, Gilberto García, quien falleció el pasado 24 de julio, “él fue mi pilar, el que me dio todo para estudiar. Aunque no pude estar con él en sus últimos momentos, sé que lo hice sentir orgulloso, y eso lo vale todo”, comparte.
Su madre, Luisa Fernanda Cabal, también es testigo del esfuerzo incansable de su hijo y lo acompañó en este día tan especial, pues fue ella quien recibió el anhelado diploma, “este logro es tanto para él como para su papá, porque siempre estuvo ahí apoyándolo. Él viajó todos los días desde Armenia hasta Pereira, con frío, lluvia, y nunca se rindió. Es un esfuerzo grandísimo que hoy da frutos”, comenta Luisa con evidente emoción.
Fue precisamente ese sacrificio diario el que le permitió a Juan Pablo destacarse. Gracias a la influencia del profesor José Luis Tristáncho, a quien Juan Pablo describe como su mentor y amigo, se abrió la oportunidad de la doble titulación. Participó en grupos de investigación, trabajó en proyectos sobre corrosión y materiales avanzados, y lideró iniciativas de alto nivel, como el Rally Latinoamericano, donde alcanzó un segundo lugar para la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Autónoma del Carmen.
La determinación de Juan Pablo lo ha llevado a cumplir metas que muchos consideran inalcanzables, y lo ha hecho con una humildad que lo distingue, “todo suena muy bonito y fácil, pero no lo fue. Dejar mi casa, mis padres, 23 años de vida en Colombia y venirme a más de 3.000 kilómetros de distancia fue muy difícil. Pero siempre tuve el apoyo incondicional de mi familia, de mis profesores y de Dios”, asegura.
Por su parte, su madre reconoce que la decisión de estudiar en la UTP fue acertada desde el inicio, “Juan Pablo siempre fue un enamorado de los números. Un profesor del colegio le habló de la carrera de Ingeniería Mecánica en la Tecnológica, y él supo que eso era lo que quería. Se enamoró de su carrera, y hoy, después de todo, puedo decir que valió la pena”.
Ahora, desde Ciudad del Carmen, Juan Pablo no solo celebra su título, sino también el inicio de una nueva etapa. Para él, la UTP fue más que una universidad: fue el lugar donde encontró su propósito y construyó las bases de un futuro prometedor. “Quiero decirles a todos los estudiantes que nunca desistan. Escuchen su corazón y elijan lo que aman. Los sacrificios valen la pena, y cuando haces lo que realmente quieres, el éxito siempre llega”, menciona.
Su madre, por supuesto, no duda de que este es solo el comienzo de algo aún más grande, “le deseo más metas, más logros, que nunca se rinda. Dios siempre lo ha acompañado y estoy segura de que seguirá alcanzando cosas maravillosas. Él es una persona centrada y dedicada, y todo lo que se propone, lo logra”.
Hoy, Juan Pablo García Cabal es un ejemplo vivo de lo que significa la dedicación y el sacrificio. Su historia nos recuerda que los sueños sí se cumplen, que los retos nos fortalecen, y que el amor por quienes nos rodean puede llevarnos a lugares inimaginables.
Vía: Prensa, UTP.