Lo Hice Posible: Historias de esfuerzo y dedicación que inspiran

  • La Universidad Tecnológica de Pereira (UTP) celebró el 17 de diciembre la ceremonia general de grados bajo el lema “Lo Hice Posible”, una campaña que simboliza el esfuerzo, la perseverancia y el logro alcanzado por más de 800 estudiantes provenientes de las 10 facultades de la institución.

En una jornada compuesta por cuatro ceremonias, la comunidad académica, familias y docentes se reunieron para conmemorar este importante hito en la vida de los graduandos.

El evento fue presidido por el rector (E) Dr. Francisco Uribe Gómez, quien en su emotivo discurso destacó la importancia del logro alcanzado por los estudiantes y su impacto en la sociedad.

“Graduarse de una institución como la nuestra no es solo un logro académico; es el resultado de años de esfuerzo, perseverancia y dedicación. Cada paso dado, cada noche de estudio y cada obstáculo superado los han traído hasta este momento. Pero también hoy comienza un nuevo camino, uno donde ustedes tendrán la responsabilidad de aplicar su conocimiento para transformar sus entornos y contribuir al bienestar de nuestra sociedad”, expresó el rector ante el auditorio.

El rector también resaltó el papel fundamental de las familias, describiéndolas como el “pilar invisible” que ha sostenido a los graduandos durante toda su formación. “Ellos, con su amor, paciencia y sacrificio, han sido parte fundamental de esta victoria. Hoy, este triunfo también es de ellos”, añadió.

Asimismo, el Dr. Uribe Gómez exaltó los avances de la UTP durante el año, consolidándola como un referente de excelencia académica e innovación a nivel nacional e internacional. Entre los logros mencionados, se destacó la obtención del Sello Sofía, los destacados puestos en los rankings Times Higher Education y QS, así como la realización de los XXXI Juegos Universitarios Nacionales, un evento donde la institución brilló no solo en el ámbito académico, sino también en el deportivo y cultural.

Durante las ceremonias, el orgullo y la emoción fueron palpables en cada rincón. Los estudiantes, vestidos con togas y birretes, recibieron sus títulos en presencia de sus familias, quienes no ocultaron la emoción al ver culminado un proceso lleno de sacrificios y esperanza.

Bajo el lema “Lo Hice Posible”, la campaña de grados de la UTP se convirtió en un símbolo de motivación para los nuevos profesionales, recordándoles que este logro es apenas el comienzo de un camino lleno de oportunidades y desafíos.

“La vida les ofrecerá retos, pero también infinitas oportunidades para marcar la diferencia. No olviden nunca que, dondequiera que estén, esta universidad siempre será su casa”, concluyó el rector, instando a los graduandos a ser embajadores de la excelencia y el compromiso que caracterizan a la Universidad Tecnológica de Pereira.

Este 17 de diciembre no solo marcó el cierre de un ciclo académico para más de 800 estudiantes, sino que también selló el inicio de nuevas etapas llenas de retos y posibilidades. Las ceremonias sirvieron como un espacio para reflexionar sobre el esfuerzo colectivo que hace posible cada logro: la dedicación de los estudiantes, el apoyo incondicional de sus familias y el compromiso de la UTP con la formación de líderes que contribuyan a la transformación de la sociedad.

Ver el especial: https://comunicaciones.utp.edu.co/?na=view&id=377

Un sueño forjado entre esfuerzo y dedicación: la historia de Juan Pablo García, nuevo Ingeniero Mecánico de la UTP

Graduarse de la universidad es, sin duda, un logro que refleja dedicación, disciplina y un espíritu inquebrantable. Para Juan Pablo García Cabal, nuevo Ingeniero Mecánico de la Universidad Tecnológica de Pereira, quien además participó en la doble titulación con la Universidad Autónoma del Carmen en México, este momento significa mucho más que un título: es la culminación de perseverancia, años de retos superados, donde el más grande fue afrontar el fallecimiento de su padre, hace apenas unos meses.

Graduarse de la universidad es, sin duda, un logro que refleja dedicación, disciplina y un espíritu inquebrantable. Para Juan Pablo García Cabal, nuevo Ingeniero Mecánico de la Universidad Tecnológica de Pereira, quien además participó en la doble titulación con la Universidad Autónoma del Carmen en México, este momento significa mucho más que un título: es la culminación de perseverancia, años de retos superados, donde el más grande fue afrontar el fallecimiento de su padre, hace apenas unos meses.

«El que no sacrifica, no gana», afirma Juan Pablo, con la firmeza de alguien que sabe lo que significa recorrer un camino lleno de desafíos. Oriundo de Armenia, desde el inicio tuvo que asumir grandes retos. Cada día viajaba desde su ciudad natal a Pereira en su moto para asistir a clases, un esfuerzo que no estuvo exento de obstáculos “muchas veces pensé en desistir”, confiesa, “me choqué en la moto unas cuatro o cinco veces y hubo momentos en los que sentí que no podía más. Pero siempre tuve en mente una frase que me repetía: el que no sacrifica, no gana”.

Fue en uno de esos momentos difíciles, después de un accidente camino a su primer parcial de matemáticas, que Juan Pablo tuvo una conversación consigo mismo, “ese día viajé una hora antes para no llegar tarde, pero me accidenté contra un carro. Al regresar a casa, me senté en mi cama y lloré. Pensé en rendirme, pero me dije: ‘no, yo puedo, yo soy capaz’. Ese día hice una promesa: ser el mejor y llegar lejos. Hoy, puedo decir que esa promesa la cumplí”.

La historia de Juan Pablo no solo es un ejemplo de perseverancia, sino también de amor por su familia. Desde México, donde actualmente labora gracias a la formación recibida en la UTP y en la Universidad Autónoma del Carmen, recuerda con nostalgia y orgullo a su padre, Gilberto García, quien falleció el pasado 24 de julio, “él fue mi pilar, el que me dio todo para estudiar. Aunque no pude estar con él en sus últimos momentos, sé que lo hice sentir orgulloso, y eso lo vale todo”, comparte.

Su madre, Luisa Fernanda Cabal, también es testigo del esfuerzo incansable de su hijo y lo acompañó en este día tan especial, pues fue ella quien recibió el anhelado diploma, “este logro es tanto para él como para su papá, porque siempre estuvo ahí apoyándolo. Él viajó todos los días desde Armenia hasta Pereira, con frío, lluvia, y nunca se rindió. Es un esfuerzo grandísimo que hoy da frutos”, comenta Luisa con evidente emoción.

Fue precisamente ese sacrificio diario el que le permitió a Juan Pablo destacarse. Gracias a la influencia del profesor José Luis Tristáncho, a quien Juan Pablo describe como su mentor y amigo, se abrió la oportunidad de la doble titulación. Participó en grupos de investigación, trabajó en proyectos sobre corrosión y materiales avanzados, y lideró iniciativas de alto nivel, como el Rally Latinoamericano, donde alcanzó un segundo lugar para la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Autónoma del Carmen.

La determinación de Juan Pablo lo ha llevado a cumplir metas que muchos consideran inalcanzables, y lo ha hecho con una humildad que lo distingue, “todo suena muy bonito y fácil, pero no lo fue. Dejar mi casa, mis padres, 23 años de vida en Colombia y venirme a más de 3.000 kilómetros de distancia fue muy difícil. Pero siempre tuve el apoyo incondicional de mi familia, de mis profesores y de Dios”, asegura.

Por su parte, su madre reconoce que la decisión de estudiar en la UTP fue acertada desde el inicio, “Juan Pablo siempre fue un enamorado de los números. Un profesor del colegio le habló de la carrera de Ingeniería Mecánica en la Tecnológica, y él supo que eso era lo que quería. Se enamoró de su carrera, y hoy, después de todo, puedo decir que valió la pena”.

Ahora, desde Ciudad del Carmen, Juan Pablo no solo celebra su título, sino también el inicio de una nueva etapa. Para él, la UTP fue más que una universidad: fue el lugar donde encontró su propósito y construyó las bases de un futuro prometedor. “Quiero decirles a todos los estudiantes que nunca desistan. Escuchen su corazón y elijan lo que aman. Los sacrificios valen la pena, y cuando haces lo que realmente quieres, el éxito siempre llega”, menciona.

Su madre, por supuesto, no duda de que este es solo el comienzo de algo aún más grande, “le deseo más metas, más logros, que nunca se rinda. Dios siempre lo ha acompañado y estoy segura de que seguirá alcanzando cosas maravillosas. Él es una persona centrada y dedicada, y todo lo que se propone, lo logra”.

Hoy, Juan Pablo García Cabal es un ejemplo vivo de lo que significa la dedicación y el sacrificio. Su historia nos recuerda que los sueños sí se cumplen, que los retos nos fortalecen, y que el amor por quienes nos rodean puede llevarnos a lugares inimaginables.

Vía: Prensa, UTP.

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