Las remesas salvadoras

Risaralda evidencia unos buenos indicadores sociales y económicos, en comparación con otras regiones del país, gracias a las inversiones públicas realizadas por el gobierno departamental y los esfuerzos de las administraciones municipales, así como por el interés de la empresa privada. Sin embargo, hay un elemento adicional que juega un papel crucial: las remesas.

A Risaralda llegaron en 2021 aproximadamente 460 millones de dólares de estas transferencias corrientes, que hacen las personas que viven en el exterior a sus familias. Esa cifra, de acuerdo con las proyecciones de los datos entregados por el Banco de la República, se incrementará sustancialmente en 2022 y superarían los 500 millones de dólares.

Estas remesas también han mostrado un crecimiento muy importante a nivel nacional y según los expertos esto se debe a que hay más colombianos trabajando en el exterior, ganan mucho más y están enviando más divisas aprovechando la tasa de cambio interna.

Durante la crisis generada por la pandemia de Covid 19 en 2020, las remesas sirvieron para aminorar los impactos sociales del encierro y la pérdida de empleos. Durante la fase de recuperación económica en 2021, estos dineros procedentes del exterior, ayudaron a activar la economía por la vía de la demanda. Y, en la actualidad, gracias a un dólar caro, algunos sectores como el inmobiliario, se han beneficiado.

La dinámica que muestran las remesas, ha impedido que las tasas de desempleo crezcan en el departamento y, muy especialmente, en el área metropolitana. Además, por recibir cada vez más pesos por los dólares que se negocian, el indicador de pobreza monetaria no ha crecido en la misma dimensión de otros territorios en Colombia.

La mayoría de los colombianos que viven y trabajan en el extranjero, especialmente en Estados Unidos y Europa, debieron salir del país por motivos económicos. Y, paradójicamente, ahora son ellos los que se convierten en una especie de salvadores de nuestra economía, especialmente en regiones como la cafetera.

Obviamente, no todo el color de rosa. Nuestros compatriotas en el extranjero extrañan a sus familias, trabajan en turno extremos y en más de una labor, con el fin de poder ahorrar y enviar dinero, para garantizar que sus hijos, padres y hermanos puedan tener unas mejores condiciones de vida.

El tema de las remesas nos debe llamar a la reflexión sobre nuestra realidad social y económica. Deteniéndonos en el tema económico, estos giros del exterior hacia Risaralda son superiores a las exportaciones que realiza anualmente el departamento, lo que nos muestra que tenemos que hacer un gran esfuerzo por mejorar nuestro perfil productivo. No podemos seguir siendo esencialmente exportadores de mano de obra. También tenemos que preocuparnos por diseñar una política de internacionalización de la economía, en un trabajo conjunto entre el gobierno, los centros de investigación y los inversionistas privados.

De momento y frente a la coyuntura, agradecemos las remesas.

Vía: Prensa Diputado de Risaralda, Juan Diego Patiño

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