50 años de la Universidad Católica de Pereira, un legado de fe y educación

Por Rey Álvarez, columnista.

La Universidad Católica de Pereira (UCP), celebra cinco décadas de existencia, un hito que no solo marca el paso del tiempo, sino que simboliza la materialización de un sueño visionario y comprometido con la formación integral de las personas y el desarrollo de la región. El rector de la institución, presbítero Behitman Céspedes De los Ríos, en un emotivo discurso, nos recuerda que esta universidad nació “ex corde ecclesiae”, desde el corazón de la Iglesia, como respuesta a los desafíos de una época que demandaba una educación distinta, una educación que no solo formara profesionales, sino seres humanos íntegros, éticos y comprometidos con el bien común.

En los años 70, un grupo de jóvenes visionarios, junto a líderes eclesiásticos como monseñor Darío Castrillón Hoyos y monseñor Baltazar Álvarez Restrepo, sembraron la semilla de lo que hoy es una institución que ha graduado a más de 15.000 profesionales, muchos de ellos con formación posgraduada. Este logro no es solo un número; es el reflejo de un esfuerzo colectivo, de una comunidad que creyó en el poder transformador de la educación inspirada en los valores del Evangelio.

La Universidad Católica de Pereira no es ajena a los desafíos del mundo actual. En un contexto marcado por la transformación digital, la inteligencia artificial y los cambios sociales acelerados, la institución ha sabido mantener su esencia: poner al ser humano en el centro. Como bien lo expresa el rector, se trata de cultivar un “humanismo digital”, donde la tecnología no deshumanice, sino que sirva como herramienta para potenciar la dignidad humana y el bien común. Este enfoque es especialmente relevante en una sociedad donde las redes sociales, las guerras y las crisis ambientales amenazan con erosionar los valores fundamentales.

El magisterio de la Iglesia, desde el Concilio Vaticano II hasta el Papa Francisco, ha insistido en la importancia de la educación como instrumento para la formación de la persona y el desarrollo de la sociedad. La Universidad Católica de Pereira ha asumido este llamado con responsabilidad y pasión. Su misión no se limita a impartir conocimientos técnicos; busca formar personas sensibles, solidarias y comprometidas con las grandes causas. Como bien lo señala el rector, la institución no forma espectadores pasivos, sino protagonistas activos en la construcción de una sociedad más justa y humana.

En estos 50 años, la universidad ha logrado hitos significativos: desde su reconocimiento como universidad en 2010 hasta la acreditación de alta calidad de nueve de sus programas académicos. Cuenta con una infraestructura moderna, un campus amigable con la naturaleza y una comunidad universitaria que respira sentido de pertenencia. Además, ha impactado a la región con proyectos sociales, educativos y de investigación que han contribuido al desarrollo de Risaralda y del país.

Sin embargo, como bien lo reconoce el rector, aún queda mucho por hacer. La educación sigue siendo un desafío en un mundo cada vez más complejo y desafiante. La Universidad Católica de Pereira, fiel a su misión, sigue apostando por la formación humana y profesional, por la construcción de proyectos de vida que sirvan a la sociedad y por la promoción de un humanismo cristiano que ilumine las mentes y los corazones.

En este año jubilar de la esperanza, convocado por el Papa Francisco, la Universidad Católica de Pereira nos invita a ser peregrinos de la esperanza, a seguir construyendo historia y a dejar huellas imborrables en el mundo. Que estos 50 años sean solo el comienzo de un legado que continúe inspirando a las futuras generaciones. Feliz aniversario, Universidad Católica de Pereira. Que Dios siga derramando bendiciones sobre esta casa de estudios que, con fe y compromiso, sigue transformando vidas y construyendo futuro.

Te puede interesar

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí